Vivimos en un mundo donde la competitividad llega a extremos insospechados, donde parece que ganar es lo único que importa, donde sólo se pregunta por los resultados y nunca por cómo se han conseguido. Cierta relación con este fenómeno la podemos encontrar con la deportividad de los deportistas, ¿hasta dónde son capaces de llegar por ganar? ¿Es éste su único objetivo cuando empiezan a practicarlo los niños? Hemos entrevistado a Ángel y Ana, para que nos cuenten sus experiencias como jugadores. Por otro lado hemos entrevistado a Juan y Beatriz, dos árbitros de esta misma disciplina para que nos confirmen o desmientan lo que los niños afirman. Este es el resultado.
Para Ángel no es fácil describir que es lo que más le gusta del ajedrez; pero tras meditarlo reconoce que jugar partidas, como Ana, que puntualiza que también ir a torneos. Evidentemente les gusta ganar trofeos; pero lo más importante es jugar y, ante una maliciosa pregunta del entrevistador, dicen un no rotundo al reírse del rival. A Ángel le gusta jugar y ver jugar a los demás, sobre todo partidas de ataque.
Ángel y Ana se consideran jugadores deportivos y realmente lo son: no se enfadan cuando pierden y lo demuestran en cuando hay oportunidad. Tanto es así que Ángel asegura que prefiere jugar bien a ganar. Los dos han participado muchísimos torneos y parece que no se cansan de jugar ni siquiera en los torneos de partidas lentas (a dos horas por jugador).
Quizá por ser jugadores deportivos no considera duros a los árbitros, aunque una risa cómplice surge en Ángel ante la pregunta de si son simpáticos, justo antes de responder “sí, casi todos”. ¿Alguno no es simpático? “Alguno”. Ana dice que no lo son…
A Ángel le gusta todo lo relacionado con el ajedrez. Asegura que no es difícil y recomienda a los demás niños que jueguen, porque no es difícil y es muy divertido. Ana nos añade que además de pasarlo bien te haces más listo.
Tocó el turno de los árbitros. Beatriz y Juan aseguran que por lo general todos los chavales se portan bien durante los torneos, aunque siempre hay alguno que se sale de lo normal “los antideportivos con una parte muy reducida” asegura Beatriz. Juan cree que lo tienen por “malo” y que por eso se portan bien con él. “Arbitrar es cómodo, casi nunca hay problemas, aunque a veces tienes que tomar decisiones e intentar ser justo para las dos partes y eso es lo más difícil”.
Juán nos explica cuál es la misión de un árbitro de ajedrez y nos lo aclaro “nuestra misión es velar por la deportividad del juego. Para ello debemos procurar tener la sala en orden y atender las reclamaciones de los jugadores”. Evidentemente también se encargan de elaborar los emparejamientos y clasificaciones y de anotar los resultados de todas las partidas.
Pero sobre el tema que tratamos nos asegura que “por lo general abundan los chavales deportivos, aunque hay muchos que están condicionados por padres y monitores y les llevan a ser antideportivos…; son niños que basan el juego en la competición, incitados como digo por padres y monitores, que quieren tener un hijo campeón… Pero se olvidan que a veces una derrota enseña más que cien victorias. Hace gracia ver cómo algunos padres regañan a sus hijos por mover una pieza u otra, cuando ellos mismos saben mucho menos de ajedrez que sus pequeños”
A la pregunta de qué es lo que más les gusta de arbitrar y lo que menos Beatriz asegura que “Lo mejor es que siempre se puede aprender más y si te gusta el ajedrez se pasa un rato entretenido. Y lo peor es tomar una decisión en una partida de distintos criterios de la posición por parte de los jugadores y perjudicar al jugador que tenia la razón” y añade “Como árbitro, me congratula ver como la juventud inicia en un deporte tan gratificante como es el ajedrez, ayuda a desarrollar el intelecto en los jóvenes al ser un deporte de meditación y estrategias”; Juan en la misma línea responde “lo que más me gusta es que puedes disfrutar del juego desde otro punto de vista, estás dentro del torneo, pero no te centras en tus partidas, sino en el juego de los demás. Lo que menos es que a veces me toca ser el poli malo… hay que tomar decisiones que la gente no entiende, como prohibir la entrada a la sala al público. Es duro, pero es por el bien del juego, porque la gente no aprecia las buenas conductas de comportarse para una buena práctica y disfrute del juego”
Para terminar Beatriz nos da un par de consejos “Recomendaría a los padres que desean que sus hijos desarrollen su mente les aconsejo que se apunten a jugar ajedrez, pues les ayudará a concentrarse y a agilizar la mente para cualquier cometido que se propongan. Me gustaría animar tanto a niños como a cualquier persona que tenga interés y que le guste este juego, aprender a jugar y a participar en torneos”