REY ARDID: UN ARAGONÉS PARA LA HISTORIA.
El célebre zaragozano venció a Bernstein, Lilienthal, Tartakower y Miese.
Fue en Zaragoza, el 20 de Diciembre de 1903, donde nació el ilustre doctor Rey Ardid. Tenía unos quince años cuando su padre le enseñó a mover las piezas y desde entonces no dejó de practicar este deporte. A los dieciocho años logró la licencia de primera categoría y con veintiuno entra a formar parte del equipo español para la Olimpiada de París, acompañado de Golmayo y Marín.
En 1928, Rey Ardid se impuso en el Pre-Olimpico de Madrid, superando a su paso a todos sus rivales. Gómez, Lafora, Ortueta, Polanco y Sanz son algunos de los que quedaron impresionados por el juego del aragonés en este torneo. Pero llegó la Olimpiada de la Haya, y no fue seleccionado. La revancha del Doctor Ardid llegó pronto, al cabo de un año: Quinto en Barcelona y primer clasificado español. Consiguió el derecho a jugar con Golmayo, el campeón de España de aquel entonces, y le venció por cuatro victorias, unas tablas y dos derrotas.
Otro éxito destacado de Rey Ardid fue su segunda posición en Sitges, en 1934, por detrás de Lilienthal y por delante del gran Tartakower y de Spielmann. En 1935 se impuso en Hastings y en 1941 logra finalizar invicto en Madrid y en Zaragoza.
En 1944, por desgracia, el doctor Ardid dejó el ajedrez oficial, alegando ciertas divergencias con la Federación Española de Ajedrez, y perdió un match con el Doctor Alekhine, el campeón mundial.
Desde que manifestó sus desavenencias con la FEDA, la figura de Rey Ardid en los torneos se hacía demasiado esporádica, aunque surgía de pronto para vencer, sirva de ejemplo el Trofeo Casa de Alba, donde superó a Golmayo, Medina, Pomar y Sanz.
Pero el doctor Rey Ardid, además de gran jugador era Catedrático en Psiquiatría y Psicología en la Facultad de Medicina de Zaragoza y un magnífico columnista ajedrecístico que colaboró en las mejores revistas mundiales de ajedrez y escribió, entre otros, los libros “Los Principios del Ajedrez” y “Cien Partidas de Ajedrez”.
Ya conocemos la faceta ajedrecista de este insigne aragonés, que llegó a derrotar a Bernstein, a Lilienthal, a Tartakower y a Miese, pero ahora nos queda saber cómo era personalemente. Sirvan las palabras de otra figura ajedrecística de Zaragoza, Rafael Colás, para describirnos al Doctor Rey Ardid: “Es la persona más excepcional que he conocido en toda mi vida. Su profunda humanidad y su don de gentes es lo que más destacaría de él, además de que era muy culto. Para mí, él sigue vivo. Le vi por primera vez jugando unas simultaneas de lejos, era como un dios allá a lo lejos. Otro día le pedí jugar una partida y aceptó. Él jugaba conmigo, y siempre me dejaba durar en el tablero, analizaba y siempre estaba allí. Hubo una relación de amistad”. Y es que, Rey Ardid, era un ejemplo de humildad, bondad y gentileza.