Quería transmitir mi agradecimiento y, de paso, mi admiración hacia esta dibujante. En el VII Open Internacional de Gijón, María José Acosta paseaba por la sala y nos regalaba su tiempo y talento realizando retratos a los jugadores. En cinco minutos tenía prácticamente la obra de arte terminada. Sin duda es algo para no olvidar. Cuando un artista obsequia con su talento, es como una flor que regala su belleza.